sábado, 29 de marzo de 2014

PSICOLOGÍA AMBIENTAL 008 | MARIA LUISA LIMA - AMBIENTE E INTERACCIÓN SOCIAL

Psicología Ambiental


La psicología ambiental es el estudio del comportamiento humano en relación con el medio ambiente ordenado y definido por el hombre. Es un relativamente nuevo campo de la psicología, pero desde 1960 hay estudios y el trabajo en este ámbito de la psicología. La mayoría de estas obras se originó en el reconocimiento de los problemas ambientales como la contaminación, que comenzó a tomar protagonismo en las oficinas jurídicas.


La necesidad de la Educación Ambiental (EA) se ha ido constatando y
promoviendo desde la década de los setenta en todos los congresos y reuniones
celebradas sobre el tema. Aunque la respuesta ha sido desigual, las distintas
Reformas Educativas que se han producido en los países de nuestro entorno han
incorporado a sus objetivos la protección del medio ambiente y la construcción de un
modelo de sociedad acorde con la sostenibilidad, fundamentalmente en los niveles
educativos correspondientes a la educación obligatoria. Si bien, los objetivos y
metodologías aplicadas en su desarrollo han ido evolucionando al tiempo que lo
hacían las concepciones sobre el medio ambiente y la percepción de la crisis
ambiental. 
Así, en la década de los setenta, se identificaba el ambiente con el medio
natural y, por consiguiente, se educaba “para la conservación del medio natural”. En
los ochenta, se incorpora el medio social -elementos relacionados con el entorno
humano (sociales, políticos, económicos y culturales)-, pasándose a educar “para la
concienciación sobre la crisis ambiental”. A partir de los noventa comienza a
percibirse que la causa de la crisis ambiental es consecuencia directa del crecimiento
económico ilimitado; pues, aunque en la etapa anterior se relacionaban las causas de
los problemas ambientales con diversos aspectos socioeconómicos, todavía no
quedaban claras las relaciones entre economía, problemas sociales y ambiente. Ello
implicaba que las posibles soluciones a la crisis ambiental tenían que ser abordadas
desde la cooperación internacional y acciones a nivel global. La EA se enfocaba
como una educación “a favor del medio" que, aportando conocimientos, actitudes,
valores, conductas, etc. favoreciera el desarrollo sostenible. 



El psicólogo Kurt Lewin (1890-1947) fue uno de los primeros en dar importancia a la relación entre los seres humanos y el medio ambiente. Su objetivo era determinar la influencia que el medio ambiente tiene sobre las personas, las relaciones que establecen con él, la forma en que las personas actúan, reaccionan y se organizan como el medio ambiente.

De acuerdo con la psicología ambiental, el medio ambiente se puede definir como: todos los contextos en que el sujeto (por ejemplo, casas de vivienda, oficinas, escuelas, calles, etc.)se pueda desarrollar actuando más sobre el comportamiento del grupo que en el comportamiento individual. Uno de los principales investigadores de la psicología ambiental del envejecimiento fue M. Powell Lawton.

Esta rama de la psicología principalmente presenta cinco principios que han de tenerse en cuenta a la hora de cualquier intervención o la investigación sobre la base de esta industria:
Tener en cuenta que el hombre es capaz de modificar el ambiente.
Es necesario estar presente en todos los contextos del ambiente día a día.
Considerar a la persona y el medio ambiente como una entidad única, de habitación.
El individuo actúa en el medio ambiente y el medio ambiente afecta a la persona.
Una investigación o intervención de este tipo debe siempre llevarse a cabo con la ayuda de otras ciencias.



El ambiente natural es básicamente conceptualizado en el sentido de la influencia del ecosistema en la respuesta molar de los individuos, como por ejemplo: la percepción del ambiente geográfico, así como las actitudes ante el paisaje;
El ambiente construido se conceptualiza a su vez a distintos niveles: ambientes de características fijas, relativamente permanentes, como los edificios; semifijas, relativamente fáciles de alterar, como por ejemplo muebles o decoración; o finalmente a través de características fácilmente modificables como luminosidad, color, temperatura; climas sociales, atmósfera social, características de los escenarios...
El ambiente social y conductual incluye cinco áreas: espacio personal; territorialidad, intimidad, hacinamiento y ecología del grupo pequeño.


Una segunda forma de manipular el ambiente es considerándolo como variable dependiente, es decir averiguar los efectos de la conducta sobre la calidad del ambiente: conservación de la energía, comportamiento no contaminante, planificación familiar, son ejemplos de la vida cotidiana.


Procesos psicológicos en la relación individuo – medio ambiente

Entre el individuo y el entorno existe una relación dialéctica, y en la compleja interdependencia que se establece entre ellos, intervienen procesos psicológicos, que reflejan esta interacción sujeto – medio ambiente y regulan a través de la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, la conducta del individuo con relación a este. A continuación serán objeto de análisis algunos de estos procesos.

Conocimiento ambiental.

Los procesos cognitivos en sentido general poseen la función de producir un reflejo cognoscitivo de la realidad por parte del sujeto, los mismos "…reproducen internamente, en el plano psíquico y subjetivo, las relaciones y propiedades objetivas de la realidad." Gonzáles Serra, Diego. 1977.

El conocimiento es uno de los aspectos más estudiados desde la psicología ambiental y, por supuesto, dentro de los cuales se han producido múltiples líneas de investigación y abundante literatura científica; la mayoría de los estudios acerca de este proceso, han sido desarrollados a partir de enfoques cognitivistas, mediante el estudio de los mapas cognitivos que se representan los individuos acerca del entorno.

Los mapas cognitivos son personales y únicos; los mismos no constituyen una reproducción fiel sino personalizada de la realidad objetiva; están mediatizados por la subjetividad del sujeto, resultando esta imagen una construcción cargada de significado personal; por estas razones, se encuentran frecuentemente diferencias considerables en la estructura de los mapas de los individuos. Con el estudio de los mismos, podemos acercarnos de manera más precisa a la forma en que los individuos conocen y actúan sobre el medio ambiente a un nivel personal.

"El conocimiento ambiental es un proceso complejo, que incluye la obtención, análisis y sistematización por parte del individuo de la información proveniente de su entorno, social por naturaleza, este constituye un paso importante para su comprensión a través de acciones concretas, que a su vez, influyen en el desarrollo de estos conocimientos" Febles, María, 1999.

Por otra parte, Holahan, 1991 (citado por Ramos, Damián, 2001), señala la existencia de diferentes funciones del conocimiento ambiental:


Orientación de las acciones de los individuos.

Toma de decisiones sobre donde satisfacer las necesidades cotidianas que al individuo se le presentan. Constantemente el ser humano se enfrenta a diferentes problemas de orientación en la vida cotidiana, sin esta posibilidad para localizar los recursos sociales que se necesitan, sería imposible actuar, incluso en tareas muy simples. El conocer donde se localizan los recursos sociales o materialesnecesarios para llevar a cabo las acciones que se emprenden a diario, así como cuáles son los atributos o características esenciales de los recursos o personas localizadas.

Desarrollo de la comunicación.

Otra de las funciones psicológicas del conocimiento ambiental que se contempla, consiste en proporcionar una base para la comunicación entre las personas en determinado ambiente, la cual surgió precisamente cuando el ser humano se vio precisado de cierta organización social que le permitiera adaptarse con mayor eficacia a su medio natural, surgiendo esta como mediadora de su actividad.

"El conocimiento ambiental presenta ante todo una naturaleza sociohistórica, por cuanto implica necesariamente la apropiación de los conocimientos adquiridos en el transcurso de la historia humana, reflejados también en el entorno, fuente del desarrollo del mismo y de otras funciones psicológicas específicamente humanas, fundamentalmente por el lenguaje, el cual mediatiza el conocimiento y elpensamiento humanos" Febles, María, 1999.

Actitudes ambientales.

El término de actitud se introduce en la psicología social en la década del 20 del pasado siglo en los Estados Unidos, debido a la ocurrencia de cambios sociales y políticos en esta sociedad, que originaron un marcado interés en el análisis de los mecanismos reguladores del comportamiento humano. Desde entonces se han desarrollado numerosas investigaciones desde diferentes enfoques teóricos acerca de este complejo y multifacético proceso psicológico.

Según Allport (1935), citado por Casales, J. C. (1989), la actitud consiste en: "un estado mental y neural de disposición, organizado a través de la experiencia, que ejerce una influencia directiva o dinámica sobre la conducta del individuo ante todos los objetos y situaciones con los que se relaciona".

Casales, J. C, (1989) señala varias características esenciales de las actitudes:

"1- son estructuras psicológicas, procesos derivados del aprendizaje y la experiencia del individuo, que constituyen el resultado de su actividad. Es decir, las actitudes se forman y desarrollan a lo largo de toda la vida del individuo, condicionadas por el contexto social al cual están expuestos, en dependencia de los grupos a los que pertenecen, los cuales se estructuran de acuerdo con el sistema de valoresimperantes en la sociedad…

2- Aunque son el resultado de la actividad del individuo, son modificadas por esta, las actitudes condicionan y modifican las actividades subsiguientes…

3- Tienen la propiedad de reflejarse en el comportamiento del individuo, de orientarlo, de regularlo y guiarlo en determinado sentido.

4- En toda actitud puede distinguirse su objeto, dirección e intensidad…"

A partir de una investigación realizada por La Piere, se demostró que las relaciones entre actitudes y comportamiento no siempre son lineales, por lo cual no podemos interpretarlas de manera simplista, ni mecánica. No en todas las situaciones las actitudes cumplen una función predictiva de la conducta humana; el hecho de que esta constituya una disposición a la reacción, no significa que siempre va a ser correspondiente con ella, ya que las mismas no constituyen el único factor determinante del comportamiento, en el cual, además de las actitudes, pueden influir la situación específica en la que se encuentra el sujeto a la hora de actuar, el aprendizaje de conductas, normas grupales, características individuales, o las consecuencias previsibles de la conducta.

No obstante, es innegable que las actitudes juegan un papel fundamental en el proceso de toma de decisiones y en las acciones concretas de los seres humanos, es por ello que el estudio de las actitudes ambientales ha sido preocupación de muchos psicólogos sociales desde que el saber ambiental comenzó a tener relevancia para los científicos.

Para Febles, María (1999) las actitudes ambientales deben definirse como una "predisposición del pensamiento humano a actuar a favor o en contra del entorno social, teniendo como base las vivencias, los conocimientos y los valores del individuo con respecto a su entorno; estas no solo se proyectan en una dirección determinada, también poseen un nivel de intensidad (fuerte o débil)"

De acuerdo con Holahan, 1991 (citado por Ramos, Damián, 2001), las actitudes ambientales cumplen diferentes funciones:


Elección de ambientes: Ayudan a seleccionar el ambiente donde se desea vivir, estudiar, trabajar o divertirse. Dicha elección conlleva un proceso de reflexión, análisis y predicción de futuras consecuencias de su comportamiento, esta elección estará determinada por el nivel de satisfacción – insatisfacción de las necesidades individuales en dicho espacio.


Protección del entorno natural: Las actitudes ambientales también ayudan a los individuos en la toma de decisiones en el uso y preservación del medio ambiente, por ejemplo, crear o formar parte de un grupo ecologista, o simplemente dejar de fumar, son expresiones favorables hacia el medio ambiente. Aunque como ya habíamos dicho las actitudes no poseen la capacidad de determinar de manera directa los comportamientos ambientales, sí en tanto mejoren las actitudes hacia el entorno, aumentarán y se harán más consistentes las conductas de las personas con respecto al mismo.

Vivencia.

Mientras los procesos cognitivos poseen como función fundamental reflejar los diferentes objetos y fenómenos componentes del medio ambiente, los procesos afectivos de manera primordial se encargan de significar como influyen estos elementos de la realidad, sobre los seres humanos.

"Los procesos afectivos expresan como afectan los objetos y situaciones de la realidad a las necesidades del sujeto, y modifican su disposición para la acción correspondiente" González Serra, Diego. 1977.

Ahora bien, todos los elementos y procesos que integran la personalidad humana, poseen una naturaleza cognitivo – afectiva; el ser humano se apoya en este principio de la unidad cognitiva y afectiva de los procesos psicológicos, para regular y orientar las diferentes esferas de su comportamiento.

Las personas intercambiamos constantemente información con el medio ambiente, la cual es personalizada por el mismo, es decir, cargada o dotada de un significado personal, que dependerá en gran medida de la relación existente entre esta información, con los contenidos afectivos, motivacionales y las necesidades de las personas, y que influirá notablemente en la regulación y orientación de la conducta humana hacia los diferentes objetos y fenómenos del medio.

Las peculiaridades y características de la actualización y configuración personalizada e individualizada de la información que intercambian las personas con el medio ambiente, dependen, según González Rey, Fernando y Mitjans Martínez, Albertina, 1989, "del nivel de desarrollo de la personalidad, y del desarrollo motivacional que esta logra en las diferentes áreas de su expresión individual".

La vivencia como proceso afectivo, resulta de gran relevancia al entender la relación hombre – medio ambiente; la misma expresa la relación afectiva del individuo con el medio, y constituye, tal como lo entendió Vigostky (citado por Bozhovish, 1976) una "unidad", en la que están representados en un todo indivisible, por un lado el medio, y por otro, lo que el propio individuo aporta a esta vivencia; la unidad dialéctica de lo interno y lo externo.

Febles María, 1999, plantea que por estas razones, es justamente la vivencia el punto de partida para la transformación del entorno, ya que la misma representa la unidad indivisible de las características personales y las características ambientales, por lo cual, la influencia del entorno sobre el individuo, va a depender no solo de la naturaleza de la situación, sino también de la manera en que este la percibe y la vive.

Percepción Ambiental.

Una parte considerable de nuestro desempeño diario depende de la capacidad para percibir adecuadamente los diferentes elementos que conforman el medio en el cual nos desenvolvemos, nuestras percepciones ambientales condicionan las actitudes, sensibilidades, e influyen considerablemente en la orientación y regulación de nuestras acciones hacia el entorno; es por ello que resulta importante el estudio de este proceso, a manera de contribuir a que el desenvolvimiento humano sea adecuado y armonioso, de acuerdo a las características del entorno que contextualice la conducta